jueves, 6 de mayo de 2010

Cartas a un joven poeta

(fragmento)
Rainer Maria Rilke

Las obras de arte viven en medio de una soledad infinita, y a nada son menos accesibles como a la crítica. Sólo el amor alcanza a comprenderlas y a hacerlas suyas; sólo él puede ser justo para con ellas. Dése siempre la razón a si mismo y a su propio sentir, frente a todas esas discusiones, glosas o introducciones. Si luego resulta que no está en lo cierto, ya se encargará el natural desarrollo de su vida interna de llevarle paulatinamente y con el tiempo hacia otros criterios. Deje que sus juicios tengan quedamente y sin estorbo alguno su propio desenvolvimiento. Como todo progreso, éste ha de surgir desde dentro, desde lo más profundo , sin ser apremiado ni acelerado por nada. Todo está en llevar algo dentro hasta su conclusión , y luego darlo a luz; dejar que cualquier impresión, cualquier sentimiento en germen, madure por entero en si mismo, en la oscuridad, en lo indecible, inconsciente e inaccesible al propio entendimiento: hasta quedar perfectamente acabado, esperando con paciencia y profunda humildad la hora del alumbramiento, en que nazca una nueva claridad. Este y no otro, es el vivir del artista: lo mismo en el entender que en el crear.


Ahí no cabe medir por el tiempo. Un año no tiene valor y diez años nada son. Ser artista es: no calcular, no contar, sino madurar como el árbol que no apremia su savia, mas permanece tranquilo y confiado bajo las tormentas de la primavera, sin temor a que tras ella tal vez nunca pueda llegar otro verano. A pesar de todo, el verano llega. Pero sólo para quienes sepan tener paciencia, y vivir con ánimo tan tranquilo, sereno, anchuroso, como si ante ellos se extendiera la eternidad. Esto lo aprendo yo cada día. Lo aprendo entre sufrimientos, a los que, por ello, quedo agradecido. ¡La paciencia lo es todo!

6 comentarios:

Graciano dijo...

La paciencia en la pintura

Está muy extendida entre la gente esa imágen peliculera del pintor enloquecido dando grandes brochazos y salpicándose de color hasta la cejas.
No niego que a veces pueda ser así, que pueda llegarse a momentos de máxima excitación creativa por la repentina llegada de las musas, por el autoconvencimiento momentáneo de estar poseido por la genialidad, por el efecto de un momento de amor u odio extremos o por la ingestión de algún alucinógeno.
Se puede pintar un buen cuadro estando totalmente borracho, pero eso no significa que si me emborracho a diario pintaré más rápido y mejor. Seguramente ocurrirá lo contario: mis cuadros serán cada vez más tristes y oscuros, aunque yo los veré muy luminosos a través de mis pupilas dilatadas.
En mi opinión, pintar es otra cosa, pintar es poner todo nuestro esfuerzo en conseguir esa obra perfecta que nunca llega. Pintar es tener la suficiente y fría valentía como para borrar lo que hiciste ayer para intentar mejorarlo hoy, incluso pensando que tal vez mañana tengas que volver a empezar de nuevo. La búsqueda contínua de la obra perfecta te hará olvidar las horas, los días y los años. Nunca la vas a conseguir, pero tienes toda la vida para intentarlo.
Y como muy bien dice Rilke, esa paciencia en la búsqueda, sin apenas tú notarlo, es la que te hará mejorar ante los ojos de los demás. Sorprendentemente, tu obra mejorará a medida que vayas reconociendo tu propia incapacidad de mejorarla.

Claudia Pérez Nelson dijo...

Coincido contigo Graciano, y con Rilke. A fin de cuentas, la paciencia es fruto del amor. Un pintor de verdad ama su oficio. Y por amor ha de ser capaz de no desfallecer ante marejadas de intentos fallidos, críticas, o la propia mala opinión. Sobre todo ante la propia mala opinión. Yo diría que esa anhelada perfección existe sólo en los ojos del creador respecto de su misma obra. No tendría gracia que otros le indicaran el modo de trabajar, si se supone su obra sea el reflejo de si mismo. Sin ser fiel a sus propios impulsos creativos, o impaciente ante la dificultad de lograrlos, existen pocas posibilidades de progresar.

Anónimo dijo...

Con todo mi respeto, y a mi opinión, encuentro muy cliché tu foto de perfil.

Claudia Pérez Nelson dijo...

Anónimo:
Puede ser una foto cliché, sobre todo por la boina. Sin embargo, un artista es, posiblemente más que cualquier otro ser humano, libre pensador y tiene libre albedrío para crear cosas clichés, burdas, exageradas, discretas, grotescas, etc. También para usarlas.
Agradezco la sinceridad del comentario (sinceramente), pero más me importaría que te refirieras a mi obra. No creo, ni quiero, ser yo el objeto de discusión.

Anónimo dijo...

No podias haberme respondido mejor.
Fue un simple comentario, un accidente del momento(mi "comentario")... pero refiriendome a tu obra, no puedo referirme a ella, pues sinceramente, creo que no acepta comentarios ...simplemente.
No creo que ayuda de mucho esas palabras superficiales, y repetitivas que te ponen al final de tu Obra. Siempre queremos algo mas, pues yo te digo francamente que mi comentario tan solo es el silencio y la admiración...

Sumamente objetiva, siempre he creido que los Artistas autodidactas son ... simplemente Artistas que los artistas académicos .

Claudia Pérez Nelson dijo...

Anónimo o Anónima
Se agradece tu comentario. He concluido que es bueno. Espero continúes visitando el blog y dejando tus sinceros comentarios. La franqueza a veces es dificil de oir, puede ser o no cierto lo que se declara, sin embargo, si ocasiona un minuto de reflexión en pro del trabajo propio, es bueno escucharla. Un artista jamás debiera creer que su obra es perfecta. No lo es.

Saludos cordiales,
Claudia