lunes, 8 de abril de 2013

Paleta limitada

Texto de Hereward Lester Cooke

El pintor de hoy puede ir a una tienda de arte y sentirse abrumado por la galaxia de colores disponibles. Creo que a menudo algunos pintores prometedores se pierden en la inmensa gama de colores y se rinden ante la confusión. De un estudio de los grandes maestros podemos tentarnos a decir que mientras más grande el maestro, menos colores usa. La paleta de Rembrandt consistía en amarillo, blanco, negro, marrones y rojos, y ocasionalmente algún verde. Rubens tenia un poco más de colores pero su paleta seguía siendo muy simple. Incluso un artista conocido como gran colorista, como Tiziano, usaba sólo unos pocos colores básicos.
Una cosa que los antiguos grandes maestros tenían en común:  usaban colores brillantes con sumo cuidado. Ellos rodeaban sus colores claves con tonos neutrales o de bajo contraste para asì hacer los colores potentes más efectivos. Prácticamente todos los grandes maestros aplicaban sus colores más brillantes cerca del final de su trabajo.En otras palabras, construían para éstos;  no ponían los colores intensos primero y luego intentaban armonizar el resto de la pintura. La mayoría de los grandes pintores del 1700 en adelante comenzaron a pintar sus obras primero con tonos neutrales monocromáticos, y luego barnizaban los colores sobre ese fondo neutral. Este método tenia la gran ventaja de separar los problemas de color de los de dibujo y diseño (...). 

Autorretrato de Rembrandt Van Rijn

Por siglos los chinos han creído que un pintor necesita usar sólo tinta negra sobre papel blanco, y que la imaginación del espectador suplirá todos los colores del universo. Aunque éste es quizás un punto de vista extremo, hay mucho de verdad en este creencia  Por lo tanto, se debe tener cuidado con la inmensa gama de colores ofrecida. La mayor parte es "oro de tontos": deberías comenzar explorando las infinitas posibilidades de prácticamente ningún color. 




lunes, 25 de marzo de 2013

Inicio taller de pintura 2013

Amigas y amigos:
El taller de pintura al óleo, este año 2013, se iniciará la segunda semana del mes de Abril. Los interesados pueden comunicarse conmigo al correo claudi_capri@hotmail.com para indicar sus preferencias de horario. En las próximas semanas yo publicaré los horarios definitivos de acuerdo a mi disponibilidad y sus preferencias. El costo del taller este año es de $30.000 pesos por mes, lo que equivale a 4 clases de 3 horas cada una. Ubicaciòn del taller: Calle Guillermo Schmidt, Sector Serena Oriente, La Serena, Chile.
Ante cualquier duda escriban a mi correo, llamen al 91301121, o comenten a través de este blog.
Les saluda atentamente,
Clodin

viernes, 8 de marzo de 2013

"Momento inmortal I"


Título de la obra: Momento inmortal I
Óleo sobre tela
160 x 70 cm
año 2013




Este retrato, primera obra del 2013, es una obra de gran formato (150 x 70 cm). Nos muestra a mi esposo y a mí dormidos. Quise pintar nuestra siesta porque, aunque el sueño es subconsciente, dormir junto a mi esposo es una de las cosas que más disfruto . La titulé "Momento Inmortal" para recordar que las alegrías más grandes de la vida pueden estar en las cosas sencillas, en breves momentos. Estas siestas ya se habían vuelto inmortales en mi cabeza, sin embargo, para asegurar su supervivencia en el tiempo pinté esta obra.

lunes, 14 de enero de 2013

A contrapelo

"La infanta Claudia en azul" (detalle)
A los 26 años se tiene que ser serio, callado y clasificable; en honor a la adultez vivir preocupado sólo de los horarios y los deberes; no se debe creer en nada ni se debiera perder tiempo sin pensar (menos recostarse en el suelo por placer, ensuciar la ropa y regocijarse con el sonido del viento). A los 26 años se espera que uno se ría de la decadencia de la virtud y que pase con indiferencia junto al desfile de deslealtades que tontamente se aplauden; ya no se debieran tener sueños grandes y tontos, como los que se tienen en la infancia, ni decir siempre la verdad. La realidad, a estas alturas, ya debió enseñarme que los grandes sueños, e incluso los pequeños, no son más que eso: sueños. Pero me niego rotundamente a ir en mi contra.
En nombre de la adultez se comete un inmenso error: querer ser como todos y dejar de ser uno mismo. No siempre todos están en lo correcto (me arriesgo a afirmar que todos suelen estar en lo incorrecto). Yo no quiero ser todos, quiero ser yo. Nunca debemos olvidar que la infinita ganancia que implica ser uno mismo tiene el mínimo costo de vivir a contrapelo.